El domingo llega el Valencia. Llega el líder y llega con ganas de seguir manteniendo la hegemonía deportiva. No es un absurdo decir que podemos ganar. Salir a por todas es una obligación como obligado es decir que tengo fe en la plantilla si la entrega es total. Una entrega que tiene que tiene que ser similar a la de los Templarios cuando defendía la causa religiosa. O tal vez como Agustina de Aragón defendía su comarca ante el ejército francés. Como los palestinos defienden su territorio o los Israelita los suyos. Como los saharauis siguen luchando por recuperar su independencia. Como los ejércitos aliados lucharon contra el ejército de Hitler. Como cualquier causa justa que se precie, el hombre debe morir en la defensa de su interés. El domingo los jugadores del Recreativo deben ser guerreros que han de luchar por una causa, la victoria. El ejercito rival es más potente pero el jugador del Recre tal vez tenga mucha más sangre que aportar a la batalla. El jugador debe derramar estirpe si es necesario para que la fiesta sea completa. Para que nada sea imperfecto han de dejar sobre la arena del Coliseum del Colombino la última gota de su sangre. La plebe espera el domingo una batalla entre dos equipos que quieren cosas diferentes. No habrá ningún emperador romano que baje el pulgar si la batalla se pierde, pero si habrá 20.000 almas que podrían salir desencantadas. Doy por hecho la lucha; no doy por hecha la victoria.Por ello pido en octubre el esfuerzo para comenzar el noviembre negro. Sé que ellos saben que no hay más momento para la rectificación. Ganar o morir el es lema. Todo está preparado, y ellos, los gladiadores deportivos del siglo XXI afilan los dientes para meter entre ellos todos los cuchillos posibles. No hay opción de pacto en Huelva a pesar de que el padre del emperador Emery defendió los colores del Recre en nuestra arena. Solo de los jugadores del Recre depende la supervivencia en Primera. Vale ganar para evitar la dura ascensión de noviembre.
Cuento las horas hasta el domingo como el hombre que espera sentado en el corredor de la muerte que un juez le de la libertad. Ese juez nunca podrá ser Garzón al estar perdido en el absurdo. Todo es una intensa espera. Incluso en esta semana en el entrenamiento los gladiadores recreativistas se sintieran arropados por los senadores Dumois y Mendoza.
El imperio albiazul está basado únicamente en el símbolo de identidad de la vetusta Onuba, una ciudad que solo se mueve por la supremacía del sentimiento. No hay más en el Recre porque no hay más poder económico que el que permite nuestra pequeña urbe.
No se puede marchar la Primera División estando en sus manos, pero esto es un juego y podría pasar la travesía de la Segunda. La estancia entre los grandes del fútbol depende de los jugadores. No me queda más remedio que hacer de este editorial un mensaje en forma de suplica que deseo reciban los jugadores del Recreativo. Les pido sangre en el partido. Les pido más compromiso que nunca. Les pido que mueran en el intento si es necesario. Y si es ineludible arrodillarse para hacer la petición estoy dispuesto a llevarlo a cabo. Pero el domingo a las cinco de la tarde la plebe he de salir del Coliseun directamente diciendo que el Emperador ha caído por primera vez en la temporada.
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