Artículos de Paco Morán

miércoles, 15 de octubre de 2008

Recordando el pasado reciente

Michael Dumois y Oscar Arias hace cinco años en la Ciudad Deportiva del Recre
Entiendo que en el mundo del fútbol los aficionados sólo desean ver buenos partidos y fundamentalmente que su equipo gane. Pero un club de fútbol no es solo eso, sino que hay que hacer un trabajo detrás para llegar precisamente a ese deseo común. Un trabajo para que en la balanza final de la temporada las victorias toquen el suelo con el platillo de la romana. Un club modesto tiene que mimar su cantera si quiere subir un escalón el nivel competitivo. Hasta hace cuatro años el Recreativo tenía que ir a entrenar a Isla Canela o Palos de la Frontera cuando Lucas Alcaraz era el técnico en su anterior etapa en Huelva. Sin ciudad deportiva y con un Nuevo Colombino aún por hacer, en este último lustro hemos visto un crecimiento vertiginoso. Estos son datos objetivos, si bien este espacio se caracteriza por emitir datos subjetivo. Pero como decían los magos antiguos: aquí no hay ni trampa ni cartón. Quien no quiera reconocer este crecimiento del club es tonto, ciego o está en el bando de los que denunciaron al club hace ocho años.
La ciudad deportiva dará sus frutos. Ya al menos hemos visto a dos jugadores del Huelva en el equipo titular esta temporada.
El trabajo deberá ser progresivo como de esa manera ya han comenzado a trabajar todos los técnicos de la cantera. Todos con un mismo patrón de entrenamientos y con un mismo sistema de juego. Todo medido desde el tronco principal que marcará la comisión deportiva encabezada por Oscar Arias, quien está realizando un magnifica labor en la sombra. Ese trabajo sucio es poco reconocido por la afición y simplemente por la sencilla razón de que cuando no se gana partidos todas las miradas están en los que fichan jugadores.
Cuando miremos a nuestro club no solo debemos mirar que juega mal y pierde para indignarnos. Hay otras cosas que también debemos valorar como las que expongo en este editorial. No hay más que mirar hace diez años cuando los jugadores de la cantera se tenían que comprar hasta la toalla para ducharse. Bueno, lo de ducharse es un decir porque a veces no había ni agua. Hace seis años, desde los infantiles a los juveniles pasando por al equipo filial, todos estaban mal equipados y con poca ilusión al carecer de instalaciones para labrarse un futuro como futbolista. Hoy nada más que hay que preguntar a cualquier padre que tenga a un hijo en la cantera del club para saber que desde que entran tienen camisetas, pantalones, sudaderas, chandal, botas, zapatillas, balones para cada uno y lo más importante, unos vestuarios envidiables. Por esa razón digo que es importante ganar y mantenerse en Primera, pero cuando se trata de analizar una gestión general efectuada por los dirigentes del club en los últimos años, la labor positiva está muy por encima de la negativa. Los resultados en todos los ámbitos han sido incuestionables.

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