Artículos de Paco Morán

viernes, 17 de abril de 2009

Contra los elementos

En la foto, Fernando Texeira Vitienes, como siempre, amenanzando con mostrar la tarjeta
El 18 de enero del año 1931 ya estuvo el Real Madrid en Huelva. El acontecimiento deportivo levantó una expectación sin precedente en la vieja Onuba, una ciudad que veía como de sus entrañas sacaban el metal preciado para enriquecer a otras tierras. En esa Huelva de fútbol y minas. Una ciudad que desde el muelle del Tinto, veía cargar los barcos con productos de nuestra tierra que servia para enriquecer a los británicos.
A diferencia del tiempo pasado, mientras que en ese año el partido ante el Real Madrid fue visionado por 1.000 onubenses, este domingo serán casi 22.000 personas las que vean el partido más interesante de la jornada.
Todo está preparado para una gran fiesta con alguna dosis de emoción. Y es que la previa parece una copia real de lo que ocurrió el pasado año cuando el Recreativo necesitaba puntos para cimentar la permanencia.
Casi todo es semejante al pasado reciente. Muchas cámaras estarán recogiendo cada instantánea. Más de 400 periodistas, una liga en juego, un mal arbitro y un palco que tal vez de muerda las uñas ante la injusticia de Texeira Vitienes. Si, han oído bien, antes del partido digo que el árbitro la liará mañana. Iturralde suele perjudicar al Recreativo, pero lo hace riendo e intentando ser dialogante con los jugadores, pero el daño lo hace. Texeira hace el daño y además actúa de manera chulesca con los jugadores. Estén muy pendientes a su actitud, porque si a un árbitro se le puede perdonar sus errores, lo que no perdona la afición es que trate con desprecio al jugador. Este árbitro es de esos.
Y cuando perjudique al Recreativo vendrá la prensa catalana diciendo que Texeira a perjudicado al Barcelona. Así es el poder de los grandes. Desde el pasado sábado pocos periodistas a nivel nacional han dicho que Iturralde perjudicó al Recreativo, sino al Real Madrid.
Pero parece que esto de ser provinciano, como nos llaman en Madrid y Barcelona, no nos permite lanzar nuestro mensaje más allá de las ondas de nuestra cobertura.
Mañana habrá que pelear contra los elementos externo que desarrollará el partido. Elementos incontrolables por el jugador y el entrenador que hará que el futbolista haga un doble esfuerzo por controlar los impulsos que tal vez se deriven de una mala actuación arbitral. Espero equivocarme y no tener que recordar estas letras durante la retransmisión del partido.
Hay esperanza en la calle de dar la sorpresa ante el equipo blanco y cargar la moral de cara al próximo jueves en la última etapa del Tourmalet.

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