En estos años de radio nunca había escrito tanto sobre un jugador. Pero tal vez como este tipo me está indignado en exceso, vuelo a escribir estas letras para contarles algo que tal vez le sorprenda. Y les sorprenderá a ustedes, dado que conociendo la cara tan dura que tiene este tipo, a mi nada me viene de sorpresa, porque con Beto he perdido la capacidad de asombro.
Era un día jueves 23 de abril y el Recreativo jugaba en Villareal. Beto a la hora del partido estaba en el Pub Antiqua de la calle Vázquez López con su amiga o novia. Y mientras los aficionados se mordían las uñas viendo como su equipo era robado por la actuación arbitral, él ni tan siquiera miraba la pantalla del televisor para interesarse si su equipo empataba, ganaba o perdía. Me indigna y me duele que con el dinero del recreativista, el Club tenga que pagarle a este cara dura. Me indigna verle en los entrenamientos y me duele que con el dinero de los socios este tipo viva a cuerpo de rey. Es para correrlo a gorrazo de la ciudad.
No sé si llegará dentro de la plantilla cuando llegue el Trofeo Colombino. Si es así, yo le pediría al entrenador Javi López, que le sacará al campo en el minuto noventa para que el recreativismo cargue contra el portugués. No llamo a la violencia a los aficionados, pero a este tipo que le está metiendo la mano en la cartera a los socios hay que hacerle la vida imposible en Huelva.
Este hombre indecente no quiere jugar, no quiere entrenar, no quiere saber nada del Club…En definitiva, está forzando la máquina para aburrir al consejo de administración, le paga los 300.000 euros y el tipo se vaya. Deseo que el consejo maneje bien la situación y no le deje marchar con los bolsillos llenos. Si no quiere firmar el finiquito que se quede en Huelva entrenando mañana y tarde. Y sobre todo, el Club debe tener la ayuda de los aficionados para que el portugués tenga incluso problemas para pasear por la calle. A un zángano hay que responderle con las mejores armas.
Tenga en cuenta que muchos aficionados hacen un esfuerzo económico para sacar su abono y sin embargo, el club tiene que destinar un dinero a un jugador que ni quiere entrenar, ni quiere jugar. Lo de Beto es de psiquiatra o de juzgado de guardia. Aunque pensándolo bien, si el aficionado actúa, tal vez, sea él, quien no pueda soportar la presión cuando oiga a una ciudad entera decir: ¡Beto vete ya!
En el Colombino todos tenemos la oportunidad de gritar fuerte esa frase, para que el portugués no siga cachondeándose de la afición más antigua de España.
Era un día jueves 23 de abril y el Recreativo jugaba en Villareal. Beto a la hora del partido estaba en el Pub Antiqua de la calle Vázquez López con su amiga o novia. Y mientras los aficionados se mordían las uñas viendo como su equipo era robado por la actuación arbitral, él ni tan siquiera miraba la pantalla del televisor para interesarse si su equipo empataba, ganaba o perdía. Me indigna y me duele que con el dinero del recreativista, el Club tenga que pagarle a este cara dura. Me indigna verle en los entrenamientos y me duele que con el dinero de los socios este tipo viva a cuerpo de rey. Es para correrlo a gorrazo de la ciudad.
No sé si llegará dentro de la plantilla cuando llegue el Trofeo Colombino. Si es así, yo le pediría al entrenador Javi López, que le sacará al campo en el minuto noventa para que el recreativismo cargue contra el portugués. No llamo a la violencia a los aficionados, pero a este tipo que le está metiendo la mano en la cartera a los socios hay que hacerle la vida imposible en Huelva.
Este hombre indecente no quiere jugar, no quiere entrenar, no quiere saber nada del Club…En definitiva, está forzando la máquina para aburrir al consejo de administración, le paga los 300.000 euros y el tipo se vaya. Deseo que el consejo maneje bien la situación y no le deje marchar con los bolsillos llenos. Si no quiere firmar el finiquito que se quede en Huelva entrenando mañana y tarde. Y sobre todo, el Club debe tener la ayuda de los aficionados para que el portugués tenga incluso problemas para pasear por la calle. A un zángano hay que responderle con las mejores armas.
Tenga en cuenta que muchos aficionados hacen un esfuerzo económico para sacar su abono y sin embargo, el club tiene que destinar un dinero a un jugador que ni quiere entrenar, ni quiere jugar. Lo de Beto es de psiquiatra o de juzgado de guardia. Aunque pensándolo bien, si el aficionado actúa, tal vez, sea él, quien no pueda soportar la presión cuando oiga a una ciudad entera decir: ¡Beto vete ya!
En el Colombino todos tenemos la oportunidad de gritar fuerte esa frase, para que el portugués no siga cachondeándose de la afición más antigua de España.
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