El presidente de la LFP José Luis Astiazarán, y el de la AFE, Luís Rubiales en la enésima negociación
El ridículo que estamos haciendo a nivel mundial es de órdago a lo grande.
Es martes y aún los aficionados no saben si habrá fútbol. Es martes y los clubes no saben si sus encargados de viajes pueden o no reservar el vuelo y hoteles. Es martes y los aficionados no pueden ni hacer planes para ir al fútbol o la playa. Es martes y aún no sabemos si la LFP autorizará a las emisoras locales a trasmitir los partidos de cada equipo en cada ciudad. Es martes y no se sabe si las emisoras nacionales pagarán el canon o no para poder hacer los carruseles. A este punto y hora no me atrevo a decirle si usted podrá oír o no el partido del Recreativo en esta emisora ni en ninguna otra de la ciudad. Todo es caótico por la irresponsabilidad de unos dirigentes que gastaron lo que no tenían y ahora están arrodillados ante los que verdaderamente mandan en el fútbol, el que paga que es el que tiene los derechos de televisión. Ahora algunos presidente se quejan de que no es justo que a las radio se le esté poniendo tantas trabas, pero han sido ellos los que han firmado, por lo tanto ahora no vale quejarse. Y es que claro cuando han despilfarrado tanto dinero, ahora lo quieren es sacar dinero de debajo de las piedras sin tener en cuenta los perjuicios. De ahí el desaguisado que tiene el fútbol español con los horarios. Aquí el aficionado no cuenta para nada. Si la televisión quiere poner un partido a las tres de la madrugada, lo pondrá. Si el propietario de los derechos televisivos y radiofónicos no quiere que haya carruseles, no lo habrá. Si este propietario de los derechos radiofónicos no quiere que los aficionados del Recreativo puedan escuchar los partidos narrados en emisoras locales, los aficionados no lo tendrán.
Y todo ello porque los dirigentes gastaron lo que no tenían y tuvieron que someterse a lo que la televisión decía, dice y dirá.
Yo propondría a los aficionados a que levantaran la voz. Y pensando bien incluso hacer un día de huelga y dejar de ir a los estadios. Porque sin televisión puede haber futbol, pero sin aficionados el fútbol desparecería. Por lo tanto, desde este pulpito lanzo mi defensa al aficionado de los clubes que en definitiva son los que mantienen este denominado circo del fútbol español.
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