Política de comunicación

Fotos de José Luis Tenor

Han cambiado las cosas en el Recre respecto al pasado año en política de comunicación. Pero más que una orden dada, forma parte de este juego de partida, el técnico José Luis Oltra, que no tiene rubor a la hora de recorrer estudios de radio y platós de televisión.

Es un tipo cercano, que con su forma de ser colindante a Caparrós, se ha ganado a la gente. Es esto una parte importante en un técnico, que aparte de hacer un excelente trabajo durante la semana, luego se deja ver por la ciudad. Huelva es un pueblo grande, y sus aficionados quieren ver a sus jugadores y técnico de una manera más cercana. Esto se ha conseguido.

Éste podría ser un primer paso para que la recremanía vuelva a la ciudad como ya ocurriera en 2006. A día de hoy, no soy demasiado optimista. Los cinco mil de siempre serán los que estén en el Colombino hasta que la clasificación diga otra cosa.

Porque es la pelota en este deporte, la que hace buenos o malos a los presidentes, jugadores y técnicos. Si el balón entra, el equipo gana y el Recre está en zona alta, Oltra sería hasta guapo para los aficionados. Incluso el presidente sería el mejor del mundo. Es la ley del fútbol

Todas las campañas de acercamiento al aficionado y medios de comunicación, son plausibles. Aunque al final, será el balón el que decida. Si se niega a entrar en la portería rival, tirará todo por tierra.

Este Recre tiene dificultades económicas graves y, sólo el cheque en blanco de la Primera División, le daría una bocanada de aire limpio.

En el consejo son conscientes de este hecho, y debería haber más movimientos motivadores para llevar gente a la grada. Entiendo este problema como algo general en el fútbol español. Ni tan siquiera el Real Madrid llenó Riazor.

Los abonados, que giran en torno a los 7.000, deben ser los beneficiarios de esta nueva campaña que el club no debe dejar pasar. Entiendo lo complicado que es contentar a todo el mundo. Ya ocurrió la pasada temporada cuando el club le vendió al abonado un segundo carnet por 60 y 100 euros. A algunos no le gustaron; otros estuvieron encantados.

Abrir las puertas y que la gente compre la entrada y el abonado entre con sus carnets, sólo servirá para ver en el Colombino a los 5.000 de siempre.