Artículos de Paco Morán

martes, 6 de enero de 2015

La hora de Rubén Mesa

 Rubén Mesa y Braulio en el entrenamiento de hoy (Foto: J.L. Tenor)

Cuando las cosas no funcionan hay que cambiar algo. 
Es simplemente la aplicación del sentido común.
Seis derrotas consecutivas merecen un giro copernicano.
Las carencias del Recreativo en ataque, es un hecho evidente que todos reconocemos, incluido José Luis Oltra. El problema del nueve en el Recre ya se me antoja crónico desde el inicio de temporada. Joselu, que lo ha jugado todo, sólo lleva dos goles; Braulio, ninguno.
A parte de ser jugadores cuyas virtudes no les permiten inventar goles en partidos atascados, la baja estatura no les da opción ni tan siquiera de aplicar el juego directo como un nuevo recurso.
Como veo que ni uno ni otro están respondiendo a lo que se espera de un delantero centro, era lógica la pregunta que le formulé a Oltra tras la derrota en Sabadell. Cuestionarle sobre la suplencia permanente de Rubén Mesa para salir de dudas, era mi intención. Pero nada claro logré con la pregunta, dado que la clásica respuesta de la decisión técnica que suele tomar el entrenador, hace que el ex jugador del Atlético de Madrid B siga sin recibir oportunidades. Y me temo que aunque la sequía goleadora del Decano es manifiesta, el sábado este jugador seguirá en el banquillo.
Ante Las Palmas jugó un rato, hizo un gol y a punto estuvo de lograr un segundo. Su buena actuación recibía como ‘premio’, cero minutos en los partidos jugados ente el Leganés y Sabadell.
De otro lado, Braulio, cuya nulidad y peso excesivo es patente, recibió el premio de la titularidad al partido siguiente tras tirar un besito a la grada una vez oía los pitos de la afición.
Con el respeto que siempre hay que tenerle al entrenador, no comprendo aún la suplencia de Rubén Mesa, habida cuenta de las carencias que están demostrando tanto Joselu como Braulio para ocupar esa demarcación.
El cartayero se deja al alma y pocos jugadores los hay tan honrados con él. Pero estas virtudes no son suficientes para seguir siendo el nueve del Decano. Casi preferible ponerle en una banda para de esa forma abrirle el paso a Rubén Mesa.
No digo que este jugador sea  un calco de Lewandowsky, lo que digo es que al igual que Joselu y Braulio, merece una oportunidad que aún no ha recibido.

Y como el pensamiento está libre de impuesto, uno llega a pensar que igual no juega por ser un fichaje de Comas. Pero insisto que es sólo un pensamiento. La brecha que hay entre el técnico y el presidente me lleva a pensar así.

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