Rubén en una de sus grandes intervenciones (Foto: J.L.Tenor)
Tras tres años sin hacerlo, el
Recre ha pasado a la siguiente ronda eliminatoria de la Copa. Lo mejor sin duda
alguna fue obtener el pasaporte firmado para esperar a un nuevo rival; lo peor,
la entrada.
Habíamos apostado por unas 1.000 personas,
pero luego de contarlas, porque el campo visual nos lo permita, al final 750 personas
en la grada. Los espectadores que estuvieron y que a su vez escuchaban la radio,
tuvieron la paciencia de contar a los esperadores y enviarnos whatsa.
Esto ha dejado en la arcas del
club unos 7.500 euros, algo que no compensa el cabreo generalizado que el socio
tiene. Así lo había verificado en los días previos al partido y así le
verifique durante la retransmisión del partido.
En lo meramente deportivo, vimos
un partido abierto en el que el Sporting mostró que tiene una de las plantillas
más compensadas de la categoría.
Vimos a un Recre que nos enseñó
que tiene un portero, Rubén, que puede ser alternativa en la titularidad. El de
Aracena estuvo soberbio en dos intervenciones magistrales. Y vimos a un Álvaro
Vega que cada vez que sale cumple. Antonio Domínguez, otro de los tres
canteranos que jugaron ayer, también ayer estuvo a la altura de lo que se
espera de él.
Dos victorias consecutivas dan al
equipo un plus de confianza que debe aprovechar, eso sí, sin olvidar el problema
que el equipo tiene a la hora de defender a la balón parado. En el juego aéreo
está el gran problema del equipo. Ante el Mirandés si Arconada es mínimamente
inteligente, se limitará a colgar balones al punto de penalti para hacer daño.
Sergi reconoce el problema y en
ello está para solucionarlo. Pero entiendo que es un problema que radica más en
los defectos individuales de los centrales, que de trabajo colectivo. Considero
que los centrales del Recre sin excepción, no van bien en el juego aéreo.