Formación que tras la victoria puso al Recre líder (Foto: J.L.Tenor)
Miguel Linares en una jugada de ataque (Foto: J.L.Tenor)
Álvaro y su madre celebran uno de los goles (Foto: J.L.Tenor)
Euforia en la grada de animación (Foto: J.L.Tenor)
Jonathan Valle luce su calidad (Foto: J.L.Tenor)
Líder
indiscutible. El Recre se queda en solitario tras los números que ha presentado
en las cinco primeras jornadas de liga. Ante el Barça B vimos lo mejor de los últimos
años. Fútbol absoluto que hizo del equipo un completísimo compendio de saber qué
hacer ante un rival que permitió un
juego alegre y vistoso. Dejarnos contagiar por la euforia no sería
bueno, si bien cada momento hay que gozarlo al máximo. No hay felicidad
completa sino momentos felices. Hoy la afición está feliz. Ninguno somos
futurólogos para saber qué ocurrirá en el futuro, pero hay razones para el optimismo
porque ha habido tantos cambios en este equipo, que yo también soy optimista
sin sobrepasar la línea de la euforia. Queda una odisea desde ahora hasta mayo.
A
día de hoy estoy viendo un equipo que sabe adaptarse a jugar en Miranda y a
jugar contra un equipo sin fútbol directo y de nula presión como fue el Barça
B. Este Recre, al contrario que el de la pasada temporada, sí sabe adaptarse a
las condiciones del rival. Y claro tiene el técnico que será muy complicado
quedarse con un hombre menos en un partido. Una tarjeta amarilla es sinónimo de
cambio. Medida plausible, dado que un jugador con tarjeta siempre será un
jugador condicionado en su juego. Más aún si es centrocampista o defensa.
Y
hay además muchas alternativas a balón parado, algo inexistente en la temporada
anterior. Este Recre es ahora un equipo muy vertical que con pocos toques llega
al área rival.
Sergi
ha aprendido y lo ha reconocido. Las rectificaciones han servido para mejorar
la imagen, tanto dentro como fuera del terreno de juego.
Ahora
queda una semana larga hasta llegar a Zaragoza. Habrá mono de fútbol y el socio
seguirá sacando sus carnets de acompañantes. La línea ascendente, de poder
convertirla en una regla de tres, haría que el día del Tenerife el Recre
pudiera tener unos 8.000 socios. Esta cantidad de ganar en La Romareda, podría duplicarse.