Artículos de Paco Morán

martes, 15 de octubre de 2013

Equilibrio

Pablo Comas en una reunión (Foto: J.L.Tenor)

Durante las últimas temporadas, muchos equipos han fichado por encima de sus posibilidades y con el ascenso como única escapatoria ante las deudas. La gallina de los huevos de oro está en la Primera División, en tanto y cuando se siga el modelo del Numancia: gastar lo que ingresas. 
Porque si eres un despilfarrador, ni tan siquiera en Primera te salva de tener deudas. El equilibrio presupuestario pretende que los clubes no fichen sin tener el aval del capital para no incurrir en déficit. Con esto se establece un juego limpio respecto a equipos. Con esta norma, los equipos lucharán en igualdad de condiciones.
La primera consecuencia de la aplicación de esta nueva normativa está en el aumento de las salidas y, consecuentemente, en el aumento de jugadores libres que ofrece el mercado en cada momento. Ya era hora de este control, dado que pagar en Segunda 500.000 euros a un jugador por un año, era una burbuja que algún día tenía que estallar.
Con el incremento de jugadores sin contrato en vigor en el mercado de fichajes, se produce, al mismo tiempo, un descenso en el coste de los jugadores durante los próximos años. Es la ley de la oferta y la demanda en la que al margen de las grandes estrellas del fútbol, la clase media tendrá que abaratar sus pretensiones. También existirá en el futuro mayor movilidad.
El modelo de cantera ha de imponerse en el mundo del deporte y en este aspecto, el Recre debe perfilar ese futuro. Ahora, al tener menos dinero para invertir en incorporaciones, los clubes se verán obligados a dar la alternativa a los valores de la casa. La diferencia estará en esas perlas de futuro.
Ningún club podrá inscribir jugadores cuya contratación supere el límite de coste de su plantilla. Este es uno de los puntos capitales que establece la nueva normativa de control económico que desde este verano rige en la Liga de Fútbol Profesional y que obliga a todos los clubes asociados a acreditar sus ingresos y gastos para, a partir de estos datos, establecer un presupuesto máximo para invertir en la confección de la plantilla. 

Tras esto se impone al club un límite de coste de plantilla deportiva que impida que pueda entrar en pérdidas en la temporada presupuestada y si se supera ese límite no se podrá inscribir un jugador.

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