Pablo Comas en una reunión (Foto: J.L.Tenor)
Durante las últimas temporadas,
muchos equipos han fichado por encima de sus posibilidades y con el ascenso
como única escapatoria ante las deudas. La gallina de los huevos de oro está en
la Primera División, en tanto y cuando se siga el modelo del Numancia: gastar
lo que ingresas.
Porque si eres un despilfarrador,
ni tan siquiera en Primera te salva de tener deudas. El equilibrio
presupuestario pretende que los clubes no fichen sin tener el aval del capital
para no incurrir en déficit. Con esto se establece un juego limpio respecto a
equipos. Con esta norma, los equipos lucharán en igualdad de condiciones.
La primera consecuencia de la
aplicación de esta nueva normativa está en el aumento de las salidas y,
consecuentemente, en el aumento de jugadores libres que ofrece el mercado en
cada momento. Ya era hora de este control, dado que pagar en Segunda 500.000
euros a un jugador por un año, era una burbuja que algún día tenía que estallar.
Con el incremento de jugadores
sin contrato en vigor en el mercado de fichajes, se produce, al mismo tiempo,
un descenso en el coste de los jugadores durante los próximos años. Es la ley
de la oferta y la demanda en la que al margen de las grandes estrellas del
fútbol, la clase media tendrá que abaratar sus pretensiones. También existirá
en el futuro mayor movilidad.
El modelo de cantera ha de
imponerse en el mundo del deporte y en este aspecto, el Recre debe perfilar ese
futuro. Ahora, al tener menos dinero para invertir en incorporaciones, los
clubes se verán obligados a dar la alternativa a los valores de la casa. La
diferencia estará en esas perlas de futuro.
Ningún club podrá inscribir
jugadores cuya contratación supere el límite de coste de su plantilla. Este es
uno de los puntos capitales que establece la nueva normativa de control
económico que desde este verano rige en la Liga de Fútbol Profesional y que
obliga a todos los clubes asociados a acreditar sus ingresos y gastos para, a
partir de estos datos, establecer un presupuesto máximo para invertir en la
confección de la plantilla.
Tras esto se impone al club un
límite de coste de plantilla deportiva que impida que pueda entrar en pérdidas
en la temporada presupuestada y si se supera ese límite no se podrá inscribir
un jugador.