Raúl Molina, el doctor Emilio Márquez, Isabelo
Ramírez y José Luís Tenor, en la tertulia de Cervecería El Sur.
La Fundación Recre ya colocó el cartel de overbooking
en su entrada. Raúl Molina, el director de la misma, estuvo con nosotros en la
tertulia de Cervecería El Sur. Al Recre se le ha quedado pequeña la ciudad
deportiva para acoger a más niños que quieren jugar al balompié en el Decano.
Buena labor y magníficas las intenciones de la entidad
al querer completar su equipo de monitores con ex jugadores del Recreativo.
Un total de veintisiete equipos tiene actualmente la
cantera del Recre, incluyendo los equipos de la Fundación Recre.
Un módico precio de 35 euros con un notable descuento
para los socios, es el precio que pagan los niños. A ello cabe destacar la
indumentaria que se les entrega y el uso de las instalaciones. Es caro mantener
esta infraestructura y de ahí que tengamos que entender que es razonable el
precio que se les cobra. Arbitrajes, pagos de monitores, mantenimiento de las
instalaciones…En definitiva, no veo excesivo el precio que se les cobra. Es
lindo ver una tarde el ambiente tan esplendido que se vive en las ciudad
deportiva.
Pero no todo iba a ser bonito. Una vez y hace muchos
años de esto, Isabelo Ramírez me dijo: Paco, lo peor de la cantera son los
padres.
Partiendo de la base que toda generalización acarrea
injusticia, digo que los padres que quieren sacar a sus hijos de la cantera del
Recre, están en su derecho. Pero para mí es un enorme sacrifico tener que ir
todos los días a Sevilla para llevar a entrenar a un niño con siete u ocho años
a la cantera del Sevilla o el Betis. Son casos que suelen ocurrir, siendo el
resultado final un regreso sin retorno. Mucho tiene que destacar un niño para
triunfar en las canteras sevillanas. Téngase en cuenta, que si el niño tiene
condiciones de futbolista, lo será en la cantera del Betis, del Recreativo o
del Ayamonte. Ni en el Sevilla ni en el Betis, los monitores tienen una varita
mágica que hagan del niño un Messi. No.
Se han dado muchos casos en el que padres han creído
tener en su hijo de ocho años, el salvador económico de su vida. Craso error.
Pero vuelvo a insistir en que toda generalización
acarrea injusticia. No todos los padres actúan ni piensa así.
Mi opinión es que hay que dejar al niño en manos de
los monitores y dejarlo que se divierta. Ahí termina la labor del padre y
comienza la del monitor. Si deja comerse la oreja por representes que sólo
tienen la intención de ganar dinero a
costa del sacrificio de tener que ir cada día a Sevilla a llevar a entrenar al
niño, le hará un tremendo daño.
Cada cual es libre de hacer lo que desee. Una recomendación
nunca viene mal.
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