Artículos de Paco Morán

lunes, 18 de mayo de 2009

Esperpénticos

Perez Lasa rodeado de los jugadores al final del Numancia-Recreativo de Huelva
Se acaba la travesía por la Primera División. Como en el hundimiento del Titanic, el Recreativo no podrá culminar su viaje hacia el lustro sobre la mejor liga del mundo. No se hunde la tierra. No es un caos. No es una situación caótica. Es simplemente una decepción que añado a una nueva ilusión por el retorno inmediato a Primera. Para ello queda algo así como cuatro meses. Ahora los análisis y los analistas comienzan su travesía, como la de los cronistas que buscarán las causas del hundimiento. Como aquellos ingenieros que volvieron a construir grandes trasatlánticos con una técnica más depurada para evitar la catástrofe.
Todas las versiones de los análisis son validas, porque es libre el pensamiento, y como tal, los pensadores expresan sus opiniones varias desde el sentido común, desde el desconocimiento, desde la pasión o desde el odio personal.
Versiones hay dos en mi perspectiva. Dos traducciones que han condenado al Recreativo al descenso de categoría. La primera, los diez puntos que los árbitros han robado al Recreativo; la segunda, el tener una plantilla con los cuatro peores laterales de la categoría, sin bandas con llegadas, sin medio centro con talento y sin el matador del área.
Esas dos razones a lo que hay que unir la falta de compromiso de algunos jugadores, han hecho que la temporada tenga un mal final. Ni tan siquiera un técnico con mano dura y que no se casa con nadie ha sido capaz de lograr que pareciera un milagro.
Pero toda generalización acarrea injusticia. Y en ese sentido han deambulado por el vestuario varios jugadores en la temporada, y sobre todo en la recta final, que han boicoteado el compromiso para salvar al equipo. Esta semana daré nombres de jugadores que no pueden seguir vistiendo la camiseta del decano. Así lo tiene registrado el consejo de administración para tomar medidas.
La permanencia se ha ido porque muchos jugadores no se han comprometido en estos partidos importantes. Lo del domingo en Soria fue indignante para todos. El ridículo que hicieron todos fue de los que hacen época. Sin actitud, sin orden, sin compromiso, sin implicación, arrastrándose por el campo e incluso algunos, escondiéndose. Fue lo que pude apreciar desde la cabina de retrasmisión. Miraba al banquillo y veía a Lucas Alcaraz impotente ante la falta de sangre y huevos de sus jugadores. Poco ha podido hacer el técnico con una plantilla que de por si es de las peores de Primera división. Y si ha ello unimos que muchos de sus jugadores carecen de actitud, obtenemos como resultado que el Numancia pasó por encima como una apisonadora. Y pasó porque sencillamente fueron mucho más profesionales los sorianos que los jugadores del decano, quienes deberían pedir perdón a la afición por lo que hicieron en ese partido decisivo. Ambos equipo se jugaban la vida, y de no haber sido así, yo habría dicho que los jugadores del Recre habían vendido el partido. Nunca había visto a unos profesionales con una actitud tan pasiva como la que vi el domingo en Los Pajaritos.

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