Messi celebra el primer gol logrado ante el Real Madrid (Foto: Sport)
Hoy me van a permitir salir de la vorágine local para cimentar este editorial en ámbito nacional que alcanza la vertiente internacional por la dimensión de los dos clubes y de la competición en sí misma. Real Madrid y Barcelona dirimieron ayer en el Bernabeu un partido que da para mucho análisis.
Razones de la victoria azulgrana justificada con una decisión arbitral y victoria azulgrana justificada con una propuesta de fútbol que busca la victoria y no el empate como lo hace el Real Madrid.
Cuando un equipo tiene una posesión de balón del 75% corre menos riesgo de que le expulsen a un futbolista. Algo que cuando no quieres el balón y luchas desesperadamente por recuperarlo, puedes incurrir en continuas faltas. Por ejemplo la de Pepe, que fue a todas luces una roja clara habida cuenta de la intención que tuvo cuando va con la plancha por delante, con la cara hacia el otro lado y a ver si me encuentro balón o pierna. Tuvo suerte Alves a ver como la intención de Pepe se quedó solo en un duro roce. La intención fue castigada sin haberse producido el daño. Pero los árbitros europeos castigan al rácano y protege al artista.
Incomprensible es ver como el Bernabeu aplaude los pelotazos como si se tratase de una afición menor de un núcleo rural cuando esos centrales barrigones daban boleones y eran aplaudidos.
A la afición del Real Madrid no le importa jugar bien, sino ganar. Esto podría ser lógico en otra afición, pero que en el equipo que más dinero ha gastado en todo el mundo en fichajes, le veamos como no quiere el balón y aparece agazapado, acongojado, humillado para ver como juega el rival, me parece ilícito.
Si el Barcelona ganó ayer fue porque quiso ganar y su rival no.
Mourinho se ha ganado a la afición y nadie duda de eso. Se he convertido con su fútbol cicatero, en el que por encima del talento está el músculo, en el referente del madrisdismo.
Tal vez como decía Guardiola, en la sala de prensa es el puto amo, porque sabe decir lo que a la gente le gusta oír. Quiere ganar los partidos motivando en cierta medida a los suyos y bajando la moral al rival. Pero lo que desconoce Mourinho es que sin balón difícilmente se puede jugar y meter goles. Ayer y como bien publican los compañeros del diario Sport, el puto amo fue Messi.
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