¿Utopía?

Juan Villar celebra su gol junto a sus compañeros (Foto: J.L.Tenor)

Antes de lo esperado y ante la relativa sorpresa que ha supuesto, el Recreativo llega a los 50 puntos antes de lo previsto. Y es que nadie había podido aventurar en el mes de febrero que el Decano estaría salvado a falta de seis jornadas para que acabe el campeonato. Un Recreativo que zozobraba y veía la Segunda B de cerca, ahora mira hacia la Primera División como único objetivo. Nadie duda de la dificultad que supone el nuevo objetivo, pero las matemáticas y el buen momento de forma por el que atraviesa el equipo, da sensaciones de optimismo.
Tras ganar al Córdoba en no un buen partido, el equipo va lanzado a lo que podría ser la salvación económica si lograse el milagro de dar el sorprendente salto a Primera División. No será fácil, pero al menos sí hay un conjuro en la platilla para dar viabilidad a la intentona. Los jugadores saben que están en disposición de ganarlo todo. Se lo han creído y en esa intención reposan sus deseos.
Juntos y con el indispensable error de otros rivales, es posible la difícil empresa. Y porque el fútbol es un estado de ánimo, si nos lo creemos, podemos. Y cuando digo podemos, quiero decir que todos deben involucrarse, dado que con entradas como las de domingo con seis mil personas, no será fácil. El aficionado debe volcarse más.
Puedo entender que el equipo haya dado tardes de bodrios a los seguidores, pero no es el caso presente. El plantel, que no tiene excesiva calidad, ha tirado de voluntad y un gran quehacer de Carlos Ríos para así poder exigir a los recreativistas su presencia en el partido del próximo miércoles ante el Nastic. Y fundamentalmente si el equipo es capaz de ganar el próximo fin de semana a un desahuciado Tenerife.
Esta nueva posición clasificatoria del Recreativo hace que los planes de renovación de Ríos estén en stanby hasta saber en qué condiciones estará el equipo tras el discurrir de los partidos ante el Tenerife y Nastic. Es decir, que habrá una semana de tregua para ver si Carlos Ríos acepta la oferta que tiene sobre la mesa, o para saber si busca aires nuevos en su carrera profesional.