La defensa del Recre defendiendo una jugada a balón parado (Foto: J.L.Tenor)
Se cerró el mercado y la plantilla del
Recre. Un nuevo jugador chileno, Luis Felipe Gallegos, por más señas, que llega
para suplir a Alexander. Una incógnita que será descubierta con el paso de los
partidos. No era, ni es fácil fichar lo que todos quieren fichar. La economía no
permite traer a los que otros sí pueden pagar. Había sobre la mesa del Recre múltiples
nombres apetecibles, pero todos carísimos.
Pero más que la llegada del nuevo
fichaje, hay algo mucho más importante que eso. Tras la derrota en Alcorcón condicionada
por la auto expulsión de Ezequiel, la valoraciones sobre la frialdad se hacen
desde los debates radiofónicos, televisivos y en las barras de los bares. La
conclusión unánime que saco de oír a todos y oírme a mí mismo, es que Sergi no
puede dejar a su goleador en el banquillo, ni tampoco al hombre que da equilibrio
al medio campo. Respectivamente hablo de Linares y Jesús Vázquez.
El técnico del Recre obró bien tras ganar
en Murcia al no hacer cambios al siguiente partido; ante el Alcorcón lo modificó
casi todo. No es el camino.
La defensa del Recre en el centro tiene
muchas carencias en el juego aéreo. Jesús Vázquez fue en los dos primeros partidos,
el falso tercer central que alivió la tarea de ambos. Esto sólo ha comenzado,
pero veo un defecto en la pareja de centrales cuando se trata de solventar una
jugada a balón parado. Es un defecto que debe corregir el jugador, dado que si
las virtudes de ambos son las que son, el entrenador sólo puede cambiarlos por
otros. Radica ahí, en el juego aéreo el gran problema que estoy viendo en los primeros partidos. Hay que
solucionarlo para no pasar apuros. De ahí, que la ayuda y la titularidad de Jesús
Vázquez me parezcan inevitables.
Y otra de las cosas que no han gustado es
el hecho de ver al máximo goleador del equipo en el banquillo. Cuando un futbolista
está inspirado, hay que aprovecharle.