Los jugadores del Decano celebran el gol de la victoria (Foto: J.L.Tenor)
Ya
no es cuestión de analizar partidos,
sino de gozar de las victorias.
Pero
puesto a ello, cabe destacar que el Recre que vimos ante el Girona no varió mucho respecto a los otros partidos que hemos
visto este año. Una primera parte horrible con sólo una ocasión de gol y un
gol derivado de ella. En ese periodo poco que señalar, salvo la entrada de una delantera
inédita que llevaba más la consigna de tapar la subida de los laterales que de
otra cosa. Se puede decir que en ese cometido cumplieron. Fueron Ezequiel y Gallegos
mejores defensores que atacantes. Es de lo que se trata en estas tres finales
que restan. El juego bonito no interesa, lo que hay que ser es práctico y no
dejar al alzar ni un solo detalle del rival.
Ya
en la segunda mitad el equipo mejoró algo su participación respecto a la
primera mitad. Vimos a un Recre que supo defenderse y no pasar por excesivos
apuros en defensa. Al final, los tres puntos que sirven para reengancharse y
reconciliarse con la afición ávida de triunfos. Poder es querer y este Recre quiere jugar la
liguilla.
El
club ha puesto de su parte todo lo exigido por el técnico para esta semana.
Necesitaba aislar al jugador y se los llevó al Rompido en una mini-pretemporada
con concentración incluida. No sería mala idea repetir la experiencia.
A
día de hoy muchos equipos, un total de diez, son candidatos a jugar los play-off. El Recre lo tiene en sus
manos al jugar con tres rivales directos para lograr la meta. Se puede ascender,
y con ello adquirir el cheque en blanco que anularían todos los problemas económicos
de la entidad.
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