Artículos de Paco Morán

domingo, 8 de junio de 2014

El Comas más sensible

Comas en el palco con la  mirada perdida  (foto: J.L.Tenor)
  Sergi, cabizbajo al termino del partido (foto: J.L.Tenor)

Pablo Comas antes del partido en declaraciones a Antena Huelva Radio (Foto: J.L.tenor)

La temporada acabó para el Recre. El equipo, como Errol Flynn, murió con las botas puestas. Un centímetro separó al Recre de la liguilla de ascenso. El cabezazo de Morcillo a la madera dejó una estela de pesadumbre y una decepción en la expedición albiazul. Toda la plantilla había sido citada. Los sancionados y lesionados estuvieron en vestuarios antes de comenzar el partido. Incluso el indisciplinado, Jonathan Valle, estuvo allí. Eso sí, muy aislado de sus compañeros conocedor de su acto de indisciplina en una semana crucial que tal vez merecería una importante sanción. Lo peor de todo es que tiene un año de contrato. Ya de todos modos la afición le ha castigado una vez conocido su acto. Estos actos el recreativismo no los perdona, sino que le pregunten a Colunga.
En todo caso, en una ciudad pequeña todos sabemos que hacemos cada uno. Y sobre todo si eres un personaje público. Sergi estuvo correcto y acertado en la rueda de prensa cuando se le preguntaba por Valle al responder: ‘cada tiene lo que merece’. De sombrerazo.
Pero si algo me llamó la atención en el día de ayer, fue el estado emocional del presidente Pablo Comas. Su imagen de hombre duro la vi caer ante su punto de sensibilidad a la salida de los jugadores. Allí estaba él, abrazándose con cada uno de los miembros de la plantilla. Su ojos estaban vidriosos y me costó meterle el micrófono. A veces por respeto a su estado, dado que no veía el momento ante su instante de pena. Le vi tocado emocionalmente. Eso es muy bueno. Eso sí, le vi con ganas de seguir en su tercer año.


Sacaremos conclusiones en esta semana. Es hora de hacer balance, de buscar un nuevo entrenador y de trabajar en el tercer año del proyecto con un nuevo técnico. Lo bueno de todo esto es que la temporada ha acabado con muy buen rollo entre afición y equipo. Uno que ha vivido de cerca este final de temporada, estoy en disposición de aseverar que el plantel se ha dejado la sangre. No tengo particularmente nada que reprochar a ningún jugador. Sólo una excepción que ya he manifestado. Todos se han dejado el alma.

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