Suceptible de mejora

Michael Dumois y Francisco Mendoza

Repasando la Historia del Recre he podido entrar en etapas oscuras que me hacen ver el presente de otro modo. Una galeria que vengo recorriendo desde 1889 y donde he podido detenerme en los parajes más inhóspitos. Pero aún queda lo peor que ha vivido la entidad en el pasado reciente. La maltrecha economía siempre ha sido un hándicap para un club en el que sus dirigentes han sufrido más que han gozado. Tal vez es esta la etapa más gloriosa donde sus dirigentes más han gozado sin evitar el sufrimiento y la crítica, si bien esta casi ni tan siquiera existe. Y no aparece porque los resultados económicos y deportivos han sido incuestionables en los últimos años. Pero todo es susceptible de mejora. En una intervención que he hecho hace unos días para Radio Intereconomía, me preguntaban que si todo era perfecto en el club Decano. Desde luego le dije que no al colega porque todo es idóneo de mejorar. Toda opinión lleva el sello de la subjetividad, y desde ese prisma digo que al Recreativo le hacen falta más consejeros, un encargado y un secretario técnico que sea la imagen del club para evitar las apariciones del presidente cuando no es necesaria. Para que me entiendan y yendo por parte digo que al Recre le hace falta el Mijatovic de turno que de la cara en los momentos malos y buenos. Y no quiero decir con esto que sobre Oscar Arias. Pero como tuvo y tiene el Real Madrid la figura de Di Stefano como hombre representativo, al Recre le hace falta un jugador que haya sido un símbolo del club. Sé que no ha habido muchos jugadores carismáticos en el Recre y eso es entendible. Si les digo Alzugaray o Luzardo podrían ser, pero su falta de formación hace imposible esa viabilidad. Veo con buenos ojos a Ramón Vázquez, hoy en el Sevilla. Pero de reojo miro además la figura de Juan Merino, el cual podría hacer un papel muy importante dentro del club.
En la parte mas interna y en el capitulo del encargado, en el club haría falta un señor que cada mañana se reuniera con el personal y mirar la función y el quehacer de cada día. Lo detalles como visitas a colegios, la bombilla que se funde, las herramientas al lado de la casilla del guarda que dan mala imagen, la pancarta que no debería estar y estar, los focos que se funden y no se arreglan, el compromiso de limpiar el exterior del estadio y exigir a quien corresponde a su adecentamiento…En definitiva, labores que quedan en un vacío de responsabilidad y encajes que desde luego ni el presidente ni el concejero delegado pueden estar supervisando. Bastante tienen con el día a día como para estar pendiente de los pequeños pero importantes detalles. Todo es mejorable, también la cuestión interna del club.