Artículos de Paco Morán

lunes, 27 de abril de 2009

Obsesión

Lucas Alcaraz
Avanza la semana como símbolo inequívoco de que el domingo podemos saber mucho más del mapa clasificatorio. Allí encontraremos, o al menos, intentarán encontrar los jugadores el tesoro que guarda el mayor de los secretos. Un tesoro que a día de hoy parece utópico hallarlo, dado que no cuenta el capitán Alcaraz con una plantilla competitiva como para llegar a obrar el milagro de la permanencia. Si llegase ese milagro, así habría que considerarlo, porque desde el profundo análisis, verificamos que el equipo tiene muchos puntos débiles, demasiados puntos débiles. Tal vez porque hombres por los que se apostaba no han rendido, o porque los fichajes no han dado el resultado esperado. Demasiados puntos débiles tiene este plantel como para machacar y culpar al entrenador de los males que asolan al Recreativo. Ni el mejor entrenador del mundo seria capaz de sacar mayor rendimiento a esta plantilla. Pero con Lucas hay una obsesión incurable por parte de los que ven el fútbol desde la pasión y no desde el análisis o el conocimiento.
Con los cuatro peores laterales de la categoría, sin cerebro en medio campo, sin lanzadores de faltas, sin aportación goleadora de los mediocampista, sin y sin el Negredo, Llorente, Soldado o el Pandiani de turno, ya me dirán ustedes que puede hacer el entrenador. Analicen y reflexionen. Y si hablamos de las ocasiones que domingo tras domingo fallan los delanteros o de los diez puntos que faltan en la clasificación por culpa de los errores arbitrales, aún más me asiste la razón para decir que Alcaraz no puede hacer más de lo que hace. Hay base, datos y conocimientos, como para exculpar a Lucas Alcaraz de los males que asolan al equipo, y aún así, nada está perdido. Pero se le mira con lupa y cualquier cambio o decisión que tome será criticada.
Desgraciadamente aunque no de manera oficial, el Recre no tendrá a Alcaraz en el banquillo. El consejo baraja la opción de un técnico extranjero, porque no quiere a un entrenador que no cuente con el cien por cien del apoyo de la afición. Así que aún manteniendo la categoría, el granadino abandonará el club.
Pero como tipo honrado y trabajador que es, sigue manteniendo la confianza en sus hombres, también honrados pero muy limitados. Todo es cuestión de casta y suerte de cara al próximo domingo en el infierno de El Sadar. Ganando, el tesoro se podría vislumbrar.

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