Lucas Alcaraz y Francisco Mendoza el día de la presentaciónEs Lucas un hombre de retos. Es un hombre que siempre se toma su trabajo en serio, pero en estos momentos tan complicados para la salvación del Recreativo, está duplicando su compromiso con el club decano aún sabiendo que no va a continuar. Y es Lucas un hombre al que le van los grandes desafíos. Su curriculum está plagado de victorias en batallas claves para ganar la guerra final. Hay que remontarse a mayo de 2003 para ver como el Recreativo tenía una situación muy difícil para ascender a Primera. Tenía que ganar tres de cuatro partidos y lo hizo. Y lo hizo con un plantel en el que estaban Raúl Molina. Quique Romero, Espínola, Galán, José Mari, Mario Bermejo…En definitiva, una plantilla que no sé si hoy en día podría mantenerse en Segunda División.
Fue Lucas por aquel entonces el gran artífice del ascenso y también lo fue de jugar la final de Copa del Rey con unos jugadores implicados pero muy limitados. Él supo sacar rendimiento entonces, y en esta recta final de la temporada hará lo mismo en estos cuatro partidos y con la plantilla que tiene. Sigo confiando en su trabajo y en su experiencia. Pero sobre todo sigo confiando en el compromiso que tiene con la entidad y con sigo mismo para dejar al equipo entre los grandes. Si así ocurriese dejaría la puerta abierta para un tercer regreso al Recre.
El entrenador del Recreativo sabe lo que es jugar con la presión de tener que ganar o morir. Por esa razón no le pilla de sorpresa esta situación inverosímil que puede dejar al Recreativo en Primera y a él con la corona de ser el mejor entrenador en la historia del club decano.
La semana transcurre y en la plantilla hay una ilusión renovada para ganar al Deportivo. Un equipo gallego en el que el vestuario está dividido porque así lo ha fracturado el presidente Lendoiro. Ni De Guzmán, ni Lafita vendrán porque han sido apartados por no querer renovar sus contratos con el Deportivo.
Esta circunstancia podría beneficiar al Recreativo y eso Lucas lo sabe, lo entiende y lo aprovechará. El técnico del decano tiene las armas preparadas para surcar todas las posibilidades de victoria. El equipo será el mismo que venció en Pamplona, la afición está mentalizada para oír en el Colombino los mejores cánticos. Será el penúltimo partido de Lucas Alcaraz en el banquillo de un estadio donde dejó los mayores éxitos deportivos del club.
Fue Lucas por aquel entonces el gran artífice del ascenso y también lo fue de jugar la final de Copa del Rey con unos jugadores implicados pero muy limitados. Él supo sacar rendimiento entonces, y en esta recta final de la temporada hará lo mismo en estos cuatro partidos y con la plantilla que tiene. Sigo confiando en su trabajo y en su experiencia. Pero sobre todo sigo confiando en el compromiso que tiene con la entidad y con sigo mismo para dejar al equipo entre los grandes. Si así ocurriese dejaría la puerta abierta para un tercer regreso al Recre.
El entrenador del Recreativo sabe lo que es jugar con la presión de tener que ganar o morir. Por esa razón no le pilla de sorpresa esta situación inverosímil que puede dejar al Recreativo en Primera y a él con la corona de ser el mejor entrenador en la historia del club decano.
La semana transcurre y en la plantilla hay una ilusión renovada para ganar al Deportivo. Un equipo gallego en el que el vestuario está dividido porque así lo ha fracturado el presidente Lendoiro. Ni De Guzmán, ni Lafita vendrán porque han sido apartados por no querer renovar sus contratos con el Deportivo.
Esta circunstancia podría beneficiar al Recreativo y eso Lucas lo sabe, lo entiende y lo aprovechará. El técnico del decano tiene las armas preparadas para surcar todas las posibilidades de victoria. El equipo será el mismo que venció en Pamplona, la afición está mentalizada para oír en el Colombino los mejores cánticos. Será el penúltimo partido de Lucas Alcaraz en el banquillo de un estadio donde dejó los mayores éxitos deportivos del club.
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