Una instantanea del partido Recre-Villareal B (Foto: J.L. Tenor)
Menos mal que ganamos. Y me atribuyo la victoria porque es de todos y beneficia a todos. Todos los aficionados respiraron tranquilos ante los tres puntos que sumamos al casillero. Un entrada aceptable que contribuyó a la victoria con una buena actitud por parte del publico, que perdonó a los jugadores que fallaban. Y cuando digo perdonar digo que no se oyeron ni murmullos ni silbidos ante los errores. Y es que ese es el camino que ha entendido una afición que concibe que el Recreativo ahora lo que necesita es que se le eche una mano. Tras vivir la década más gloriosa del Decano, ahora nos toca conformarnos con lo que hay. Al menos ya la gente está tranquila y sabe que el signo es la lucha por la permanencia. Un punto nos separa del abismo. Pero si miramos hacia arriba, vemos que la liga de ascenso la tenemos a cinco puntos. Parece increíble con la mala temporada que está haciendo el equipo pero cierto es si se asoman a la clasificación.
No hay más recursos que los utilizados ayer para ganar a un equipo que en teoría era superior. Y es que cuando el mono de trabajo es el uniforme, el rival siempre sufre. Y ayer vimos a un Recre serio en medio campo y defensa. Y me refiero a la capacidad de trabajo en pos de una tela de araña para maniatar al rival, a un equipo que le gusta gozar con el balón en los pies para crear ocasiones. Ayer una sola ocasión en 90 minutos hizo el Villareal B. Muy bien en el aspecto defensivo el equipo de Carlos Ríos, pero en ataque el Recreativo cuenta con los delanteros menos válidos de la categoría. El equipo de medio campo hacia atrás, podría competir por la liguilla de ascenso, pero de medio campo para adelante, es muy vulgar.
Cuesta un mundo hacer ocasiones, y jamás se vislumbra que cuando algún delantero toma el balón algo trascendental pueda ocurrir. No tiene el Recre ni un solo delantero que por sí solo pueda buscarse la vida en una jugada individual.
Y con lo que hay tiene que trabajar Ríos en su desesperada lucha por sacar al equipo de las arenas movedizas de la tabla. No hay una plantilla para salirse, pero al menos hay compromiso en los jugadores. Ser fuertes, muy fuertes en defensa será la clave para no sufrir. La puerta a cero es un capitulo prioritario ante la nulidad ofensiva que presentan los hombres. Y no es cuestión de sistemas, sino de individualidades.
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