Vuelta

Jordi Matamala ante el Numancia (Foto: J.L. Tenor)

Recuperar lo perdido es la consigna que se plantea Carlos Ríos en una semana en la que el Recreativo afronta un partido en el que se juegan seis puntos. Hablar de un partido importante suena a tópico, pero es que realmente lo del sábado en Alcorcón es una final. Ganar supondría alejarse del descenso en cuatro puntos con independencia de lo que hagan el resto de equipos. Y yo diría que incluso cinco si tenemos en cuenta el goal average con el equipo del sur de Madrid.

Y tal vez en el equipo habrá cambios habida cuenta de la ausencia de Dani. Es el de Alcorcón un partido para valientes, y con ello digo que tal vez la vuelta de Matamala se me antoja vital. No hay mucho donde elegir arriba, porque en la delantera hay lo que hay, y lo que hay no merece nada de confianza. Kepa y Pablo Sánchez son los que son y dan de sí lo dan de sí. Tal vez esto haga pensar a Carlos Ríos que apostar por Juan Villar como nueve no sería mala opción, si bien antes habría que hacerle un lavado de cerebro para que mida las 200.000 mil faltas que suele hacer en ataque. La ida de su olla es el principal defecto de este jugador. Si lo corrige, entiendo que puede ser un futbolista válido para lo que resta de temporada.

Y mientras Ríos compone durante la semana su once, otros buscan en el mercado a dos delanteros que deberían haber estado aquí desde hace tiempo.

Ese juez insobornable que es el tiempo corre de forma urgente a las entrañas del club Decano. Las urgencias y el vacío de poder me tienen algo preocupado, porque de no salir de los puestos bajos cuanto antes, significaría estar toda la temporada alerta.

En todos los caso que no cunda la alarma porque al menos confío en que el caos del pasado domingo ante el Huesca haya sido un mala tarde, como diría Chiquito de la Calzada. Un desliz movido por las fiestas que desgraciadamente hizo del Recreativo un equipo sin alma y sin espíritu. Hay que volver a la senda de lo visto en anteriores jornadas. El Recre es un equipo corto en calidad y en virtudes individuales. Por lo tanto, si el equipo no juega junto y apela a la generosidad en el esfuerzo, está condenado al descenso. Hay peores equipos en la categoría pero si el mono de trabajo no es el uniforme de cara al próximo partido y al resto, el Recreativo será un equipo vulnerable.